EL VERDADERO ORIGEN




 
Todos los seguidores de las aventuras de Miranda Roblenuevo creen conocer cómo surgió la empresa de escribir esta serie. En muchas ocasiones he comentado que mi mujer, Belén, me había sugerido la idea de escribir una novela en la que la protagonista fuese nuestra hija Miranda y de este modo intentar que se enganchase a la lectura al verse a sí misma como heroína y protagonista de un libro. Pero eso no es todo. Hay algo más que todo el mundo debe saber. No debo seguir escondiendo la verdad. Los personajes y las peripecias de la niña arqueóloga no han salido de mi imaginación ni de la maestría de mi estilográfica. Todo comenzó una fría tarde del invierno de 2009... Carbón, mi perro, un pastor alemán de 45 kgs con más energía acumulada que la presa de Riaño, se mostraba más inquieto de lo normal. Su instinto animal presagiaba algo. Era sábado por la mañana y disponía de tiempo así que decidí darle un paseo de los largos, tipo excursión, para que se relajase. Me adentré en el monte y rápidamente comenzó a seguir un rastro con su extraordinario olfato canino. Le perseguí durante al menos una hora, a ratos con la lengua fuera, tratando de no perderlo de vista. Cuando creí que iba a tener que llamar al 112 para que me vinieran a socorrer porque los pulmones me taponaban ya las fosas nasales a pesar de mi excelente forma física, Carbón se detuvo nervioso ante unos arbustos y comenzó a rebuscar con el hocico. Dando las gracias a Dios por que se detuviese aquella carrera infernal logré separarle no sin esfuerzo pues cuando se pone es bastante tozudo. Escarbé con los dedos sin protección alguna entre los matojos, produciéndome heridas de carácter leve, y descubrí semioculta en la maleza una carpeta rebosante de documentación que se salía por los lados y que a duras penas las gomas lograban contener. Tenía manchas de sangre, lo cual explicaba la obsesión del chuquel. Sé que lo que voy a narrar a partir de ahora puede poner en riesgo mi vida y la de los míos pero he tomado precauciones y he dado instrucciones a varias personas de mi confianza para que en caso de que algo nos suceda saquen a la luz toda la información contenida en esa carpeta. En la portada se podía leer nítidamente un rótulo que, con grandes caracteres, advertía: MINISTERIO DE DEFENSA. ALTO SECRETO. Carbón me miró asombrado y con esa compenetración que existe entre un amo y su perro supe que me estaba pidiendo encarecidamente que abriese aquella carpeta y explorase su contenido. Así que miré a ambos lados, no había moros en la costa, y me senté en la hierba. Carbón me imitó y juntos comenzamos a inspeccionar rápidamente toda aquella documentación. Sentía el aliento de mi chucho en la oreja y cuando de repente dejaba de respirar era porque el documento que teníamos delante nos dejaba estupefactos. Contenía documentación no sólo del Ministerio de Defensa sino también de la CIA, del MI5 y del Mossad. Se trataba de fotografías, planos, imágenes de satélite, discos dvd, y todo tipo de documentación. Todo ello relacionado con las actividades investigadoras de un matrimonio de arqueólogos y sus inquietantes descubrimientos sobre el diluvio universal y la existencia de una asombrosa nave antediluviana. Lo que contenía aquella carpeta confirmaba, según los hallazgos del matrimonio, que efectivamente había tenido lugar una gigantesca inundación a escala planetaria y confirmaba también la salvación de las especies terrestres gracias a la construcción de una extraña barcaza. Pero no solo eso... En realidad todo lo anterior no es nada comparado con los sucesos verdaderamente importantes averiguados por el matrimonio. Parece que la pareja advirtió a las autoridades de que todo aquello debía ponerse en conocimiento de la población y esto no gustó a los gobiernos. El caso es que de la documentación se desprende que a los arqueólogos les "ayudaron" a desaparecer en una expedición al Monte Ararat y aunque no se menciona su paradero sí se relacionan todos sus descubrimientos, algunos de ellos de trascendental importancia para el futuro no sólo de la raza humana sino de todo el planeta. Como soy consciente de que los servicios de inteligencia de todo el mundo occidental me vigilarán constantemente desde este momento, he hecho varias copias de la documentación hallada y se la he entregado a diversas personas de mi confianza. Si algo le ocurriese a alguien cercano a mí todos los medios de comunicación tendrán inmediatamente en su poder la información al completo y el mundo conocerá la asombrosa verdad.Las aventuras de Miranda Roblenuevo narran todos estos hechos cambiando, lógicamente, los nombres y demás circunstancias que puedan identificar a los protagonistas reales. A través de estas novelas pretendo ir revelando poco a poco estos secretos puesto que la humanidad no está preparada para asumir de repente toda la verdad. El pánico cundiría en todo el planeta y quien sabe qué catastróficas consecuencias acarrearía este conocimiento. Sólo espero tener fuerzas para llegar hasta el final...