Los chavales del colegio Peñacorada de León también tienen ganas de leer y divertirse leyendo. Miranda Roblenuevo hará que se olviden, durante una temporada, de maquinitas y artilugios electrónicos. Me sorprendieron su exquisita educación y modales. El día empezó de manera inmejorable. Me invitaron a comer y compartí mesa, entre otros, con el director, Luis José Cillero, el subdirector, Juan Gervás, la sicóloga del centro Rocío, y mi querida amiga y cómplice literaria, María Cantalapiedra. La charla con los chavales fue muy divertida. Espero que los alumnos del Peñacorada se sumen al resto de chavales que ya leen las aventuras de Miranda Roblenuevo. Gracias a todos. Me lo he pasado tan bien, que como no me vuelvan a invitar cuando publique la cuarta novela, me va a dar algo.
Un abrazo a todos mis amigos de Peñacorada.
