martes, 9 de septiembre de 2014


Hoy, gracias a mi amiga Bea, he conocido a la lectora más joven de la que, hasta la fecha, he tenido noticia. Se llama Águeda y tiene la friolera de ¡4 años! Bueno, como es lógico, ella no lee las aventuras de Miranda Roblenuevo. Nuria y Rubén, sus padres, se las leen y al mismo le van haciendo la traducción simultánea al idioma aguediense. En todo caso, el que se lleva la ilusión soy yo. Un beso muy fuerte, Águeda. Que sigas teniendo cargadas esas pilas de energía atómica cuyo secreto sólo conocen Nuria y Rubén.