sábado, 30 de abril de 2016

22 de abril de 2016. Presentación de "El Miserere olvidado" en el Museo de la Radio Luis del Olmo de Ponferrada.




 Antes de nada tengo que dar las gracias al Ayuntamiento de Ponferrada, a la Concejalía de Cultura que a través de Francisco Javier García Bueso, el director de este museo, me acogieron con tanta amabilidad y me permitieron usar un entorno tan especial y tan lleno de significado para todos los bercianos como es el Museo de la Radio Luis del Olmo.



Muchas gracias a Gerardo Álvarez Courel, Presidente del Consejo Comarcal del Bierzo y a Javier Vecino Ferrer, actor y compositor en Conde Gatón, por aceptar mi invitación sin rechistar, se lo agradezco de todo corazón, gracias por sus palabras. Dado que ellos, igual que yo, también han estado siempre metidos en el mundo de la música, incluso han tocado juntos, les pedí que me acompañasen y cantasen conmigo alguna de las dos canciones que interpreté. Supongo que pensarían que mejor que me estrellase yo sólo.

Aunque actualmente vivo en León, viví en Ponferrada desde muy pequeño hasta los 15 o 16 años, es decir, toda mi infancia y la mayor parte de mi adolescencia transcurrieron en estas tierras bercianas; el período más importante en la formación de la personalidad de un ser humano sin duda alguna. De hecho hoy en día, sigo soñando que estoy en Ponfe, que juego con mis amigos en la pista, en el Plantío, o que me voy de excursión por ahí.


Cuando era pequeño, mi padre, por su trabajo tenía que recorrerse prácticamente todos los pueblos del Bierzo y se conocía todos los recodos de su geografía. Luego nos llevaba a nosotros a pasar el sábado o el domingo, a asar un chorizo, o un trozo de panceta, cuando todavía se podía hacer una fogata sin que te metiesen en la cárcel. Así conocimos los rincones más bonitos. Pero un día, nos llevó a un lugar que me marcó para siempre. Dejamos el coche y tuvimos que seguir por un camino por el que, al terminar el bosque y la arboleda, pudimos contemplar la silueta de las ruinas de un castillo que se recortaban sobre un inmenso abismo. Era el castillo de Cornatel. Se subía por un estrecho camino pues no existía la carretera que hoy en día sube desde la carretera general. Aquella visión tan intimidante, atemorizante, fantasmagórica, con los cuervos revoloteando y el eco de sus graznidos… Subimos y entramos y todo allí era terrorífico, los abismos, las ruinas etc. Ya cuando fui un poco más mayor, iba de excursión con los amigos del Plantío y del Jt y salíamos desde Ponferrada andando y nos llegábamos hasta Peñalba, Montes, Ferradillo, Santa Lucía o San adrían. En los fuegos de campamento leíamos leyendas de Bécquer y pasajes del Señor de Bembibre y cuando caminábamos por aquellos senderos de monjes y caballeros templarios a mí me daba la sensación que allí, en los montes Aquilanos, sólo podían ocurrir cosas mágicas y misteriosas.


Como desde niño he sido aficionado a la escritura, siempre quise escribir algo relacionado con todo esto, lo que nunca pude imaginar es que iba a ser en el seno de una aventura para chavales.

Como muchos de vosotros sabéis las aventuras de Miranda Roblenuevo son las peripecias de esta niña en la úsqueda de pistas sobre la desaparición de sus padres, unos famosos arqueólogos que se perdieron en una expedición al Monte Ararat en busca del Arca de Noé. En las anteriores novelas de la saga, descubren una serie de enigmas y encuentran varios objetos, entre ellos el  misterioso diario de un monje del siglo X, llamado Salomón, escrito en un español primitivo, hemos de recordar que los primeros textos en español son las glosas Emilianenses (siglo X u XI) que además de narrar las aburridas tareas cotidianas de la vida monacal en un monasterio de los Montes Aquilanos, sorprendentemente narra el formidable periplo de este Monje y su compañero Juanacio, que actualmente conocemos como San Genadio, al Monte Ararat en busca de algo misterioso. El diario termina con la enigmática frase denante ela nostra face invento get. Todo parece indicar que existe un segundo tomo así que los chavales deciden viajar a los Montes Aquilanos para buscar la segunda parte. Allí conocerán a Encina que les ayudará.

He tenido la inmensa suerte de hacer el mismo recorrido varias veces y además he tenido que volver a los escenarios en repetidas ocasiones. He querido plasmar el espíritu romántico de Bécquer y Gil y Carrasco. No sé si lo habré conseguido.
Al finalizar la presentación torturé a la audiencia con un par de canciones. No os asustéis, siempre he cantado, de hecho soy componente del grupo Plaza Mayor. Eso no garantiza nada pero al menos no era la primera vez que cantaba en público.
La primera canción la cantábamos en un grupo mod en el que yo tocaba cuando iba a la universidad, Los villanos. Es totalmente diferente al resto de las canciones que tocábamos pero la rescaté por que casualmente narra el momento en el que Noé contó a sus contemporáneos que iba a haber un diluvio universal. La canción del profeta.


Como siempre he estado vinculado al mundo de la música siempre he querido componer una canción para el personaje de Miranda Roblenuevo pero nunca me llegaba la inspiración. Dos semanas antes de la presentación al público el 18 de diciembre de 2015, me llegó la inspiración y compuse esta canción que canté con mi amiga y también componente de plaza Mayor, Loli. Se puede ver en youtube y el que quiera el audio no tiene más que contactar conmigo por email fcbk o wasap. Confía en tu corazón.
Después de la presentación nos tomamos unas cañas, unas patatas bravas y unos mejillones en el Bodegón con Gerardo y Javier, recordando viejas aventuras y peripecias. Fue una jornada inolvidable.
















22 de abril de 2016. Encuentro con los chavales del Colegio Campo de la Cruz de Ponferrada